domingo, 30 de marzo de 2014

Postrimerías: cielo, infierno y purgatorio

Contrariamente a lo que se pueda pensar a priori sobre que no hay nada cierto después de la muerte y que no se puede saber nada, que JesuCristo dijo poco, realmente hay mucho escrito en la Biblia, en el Evangelio, sobre lo que ocurre al hombre después de la muerte. Que a unos les puede parecer poco, es opinable, pero lo que sí es seguro es que Cristo nos ha revelado lo necesario. Nuestro Credo, y por tanto es dogma de fe, también hace hincapié en nuestra fe en la "vida eterna" y declaramos que JesuCristo ha de venir "a juzgar a los vivos y a los muertos"

El Catecismo, a partir del punto 1020 dedica varios puntos a hablar sobre qué es esta vida eterna, en qué consiste.

Conviene recordar, como solemos hacer en casi todas las charlas, que cuando Dios creó al hombre y a la mujer y los puso en el paraíso, no tenía pensado que fueran a morir, iban a vivir para siempre, pero cuando comieron la manzana y abrieron la caja de Pandora, entró la enfermedad y la muerte en nuestro mundo.
Realmente, lo que muere es el cuerpo, el alma sigue "despierta" y se separa del cuerpo. ¿Qué le pasa ahí?

Inmediatamente a la muerte, el alma se encuentra con el Creador, Dios Padre Misericordioso y tiene lugar el juicio particular o individual donde el alma irá al Cielo, al infierno o al Purgatorio

Como cultura añadida, os comento que la Iglesia hace referencia a tres infiernos:
                   1.- el seno de Abraham
                       Recordareis que en el Credo decimos que Jesús "fue crucificado, muerto y sepultado que DESCENDIÓ A LOS INFIERNOS y al tercer día resucitó..." Esta bajada a los infiernos la realiza Jesús al "Seno de Abraham" el "lugar" donde estaban los justos (los que murieron santos) previamente a la venida de Jesús al mundo. Hasta que Jesús venció la muerte, todos los hombres y mujeres que murieron previamente, no pudieron ir al Cielo, porque todavía no habían sido justificados como si lo son en el momento en que Jesús muere en la Cruz, nos redime y vence a la muerte con su propia resurrección. Con lo cual, baja a los infiernos (al Seno de Abraham) a sacarlos de allí y abrirles las puertas del Cielo.




                  2.- el Purgatorio. Cuando un hombre/mujer muere arrepentido pero tiene faltas o pecados que limpiar o consecuencias de esas faltas o pecados por limpiar (es decir, cuando uno no se encuentra lo suficientemente digno para estar delante de la Perfección de Dios Padre y de su Madre la Virgen) se va al Purgatorio a prepararse adecuadamente para gozar tranquilamente de su presencia.
En el Purgatorio hay un continuo entrar y salir de almas. Se puede rezar por las almas del Purgatorio y ganar indulgencias por ellas.
Desde los primeros tiempos de la Iglesia, se han ofrecido Misas por os difuntos ya que es la ayuda más perfecta que se les puede dar.




                 3.- El infierno. A él van irremisiblemente, sin vuelta de hoja, para siempre, para la eternidad todos aquellos que no mueran habiendo reconocido lo que han hecho mal y pidiendo perdón por ello. El quid de la cuestión del hombre y de su salvación es precisamente ese: reconocer que se ha hecho mal y pedir perdón a Dios.
El que no quiere elegir amar a Dios no es obligado a estar con Él y gozar de su visión Beatífica.
Jesús habla con frecuencia en el Evangelio de la ghenna y del fuego eterno que nunca se apaga: "allí será el llanto y el rechinar de dientes".
La pena principal que se sufre es la separación de Dios.
La afirmación de que existe infierno es una llamada a la responsabilidad en la libertad y es un llamamiento a la conversión recordándonos siempre la infinita misericordia de Dios para todos los que la quieran
"No sabemos ni el día ni la hora..." hay que estar preparados.




En cuanto al Cielo, el Catecismo lo define como "La vida perfecta con la Santísima Trinidad, esta comunión de vida y de amor con ella, con la Virgen María, los ángeles y todos los bienaventurados se llama "el cielo" Pto 1024
Y San Pablo dice que "ni ojo vió, ni oído oyó ni al corazón del hombre llegó, lo que Dios preparó para los que le aman" (1 Cor. 2, 9)  pero JesuCristo habla en numerosas ocasiones del banquete, de la cena.
Yo me la imagino como el fiestorro que te apetece porque van todas las personas que quieres y con las que te lo pasas bien y encima Dios que es como Kevin Costner elevado a la infinítesima potencia y poder estar con Él y escucharle y abrazarle y sentirte amada por Él y estar en comunión perfecta con todos, que nada te moleste, que no haya malos rollos, que no haya envidias....la pasada social!!




Por último, en el final de los tiempo, momento que solo Dios conoce cuándo va a ser, habrá un juicio final o general para todos.
La resurrección de los muertos precederá al Juicio Final y recuperaremos nuestra carne, será el mismo cuerpo que usamos ahora pero "glorioso" es decir, sin enfermedad, sin tara, sin fealdad alguna.
Cristo vendrá en toda su Gloria acompañado de todos sus ángeles, serán congregados delante de Él todas las naciones y Él separará a los unos de los otros como el pastor separa a las ovejas de las cabras.
El Juicio Final revelará hasta sus últimas consecuencias lo que cada uno haya hecho de bien o haya dejado de hacer durante su vida. Y se verá cómo las obras buenas tienen repercusión y cómo las malas tiene sus consecuencias y adónde han llevado.






En el Juicio Final se revelerá tanto lo bueno como lo malo, así que aunque solo sea por respetos humanos, mejor que para el juicio final tengan mucho bueno que revelar de nosotras y no alrevés, no?

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