jueves, 20 de marzo de 2014

POSTURA DE LA IGLESIA SOBRE LA FECUNDACIÓN IN VITRO


La Reproducíón asistida engloba todos los procesos biomédicos que se utilizan para ayudar, sustituir o aumentar la capacidad de engendrar. No todos son contrarios a la moral de la Iglesia Católica. Para que tengamos claro qué sí y qué no, conviene recordar que para la Iglesia son inseparables la procreación y el acto unitivo, es decir, que en el acto de hacer el amor y de la procreación no intervenga nadie ni nada más que los dos esposos. Punto pelota.
La Iglesia no ve inconveniente por tanto, métodos de reproducción asistida como la estimulación ovárica, las hormonas para ayudar a la producción de óvulos o para mejorar la calidad del semen.
Pero la Iglesia considera contrario a la dignidad del hombre "la instrumentalización" de la procreación. Es maravilloso para una persona saber que nace del amor de su padre hacia su madre y de su madre hacia su padre (igual que la iglesia condena el odio entre los esposos o la violación), pero no es igual de maravilloso saber que se ha nacido de una donación de semen anónima y un laboratorio o producto de las horas de trabajo de un médico ante un banco de trabajo.
Otro método de reproducción asistida es la reproducción artificial o FIVET. Empezó a ponerse en marcha a mediados de siglo pasado calcando la que ya se hacía con animales. En 1978 nació la primera niña probeta del mundo y en 1980 nació la primera niña probeta española. Desde entonces los casos de niños productos de la FIVET son tan numerosos que todas conocemos alguno (o más de uno)
Su intención primera fue médica: ayudar a que el óvulo y el espermatozoide se encuentren en el caso de la obstrucción de las trompas de Falopio, uno de los casos más comunes de esterilidad femenina. (Aquí hay que añadir que la obstrucción de trompas es remediable con operación, se puede curar, pero es más rentable y da más ingresos la FIVet)
Hoy ya la FIVET se utiliza para todo tipo de esterilidades tanto masculinas como femeninas. También existe otro método de reproducción artificial menos conocido: la ICSI, que surge de una preselección de espermatozoides concretos directamente desde el varón, se fecunda con él o ellos el óvulo/los óvulos y luego lo implanta en la madre. Ambas, la FIVET y la ICSI son casos de fecundación extracórporea.
Como caso de fecundación intracorpórea esta la inseminación artificial (que también separa el momento de la unión de la procreación ya que consiste en inyectar el semen artificialmente en la mujer a la espera de que se fecunde, de ahí que la Iglesia tampoco lo apruebe).
Todos estos tratamientos necesitan siempre de estimulación ovárica. Así en un ciclo de la mujer se consiguen extraer varios óvulos de los cuales se fecundan entre 6 u 8. De esos 6 u 8 se implantan entre 3-4 y en cuanto se agarran se eliminan sin criterio alguno a los sobrantes para que solo quede uno. Hay que tener en cuenta que de las parejas que acuden a fivet solo consiguen tener un bebé en el 30% de los casos (la dra hizo constar que para que medicamento se venda en el mercado, tiene que tener al menos un 80% demostrado de fiabilidad y éxito, en el caso de la FIVET, como veís, su éxito es pequeñísimo y aun así se lleva adelante porque como todo en medicina, da mucho dinerete).
En todo el proceso tanto de FIVET como de ICSI se atacan serios principios ya no solo morales
sino también éticos y que además van en contra de la naturaleza.
1.- Cuando alguien es estéril (sin que se deba a una infección o algo así) es por algo. La naturaleza es sabia. Es mejor no forzar, igual que el hecho de que a cierta edad se pierda la fertilidad, también es por algo.
2.- Frente a la selección natural en la fecundación (no es solo el espermatozoide más rápido el que entra en el óvulo, sino el ganador, porque el óvulo se abre solo a uno) los métodos de fecundación artificial se la saltan. Ni siquiera se analizan los gametos a ver cuál es mejor, se escogen al tun tun.
3.- Los embriones fecundados pero que no llegan a implantarse nunca son congelados porque legalmente no se sabe qué hacer con ellos todavía. Es grave pensar que si se hace desde los 70, ¿cuántos habrá ya? Nadie dice nada ni se pronuncia y solo la Iglesia reitera que en ese "juego a ser dioses" se fuerza a Dios a dar un alma a cada óvulo que se fecunda tan alegremente para luego congelar o destruir.
4.- La "reducción embrionaria", término cariñoso con que se define la eliminación de los embriones que sobran en el embarazo conseguido también va en contra de principios de la ética. Una vez que los cuatro o cinco embriones se han implantado, mediante ecografía se elimina uno por uno a todos menos a uno. 
5.- La indefensión del más débil es otro principio ético que se ataca con estos métodos.
Por no hablar de consecuencias legales: posibilidad de matrimonios homosexuales o madres solteras de tener hijos privando a esa nueva vida de un padre y una madre como debe ser. Privando a esa nueva vida del conocimiento de quién es su padre cuando es por donante de semen anónimo, por ej. Como además en España es un derecho constitucional conocer tus raíces, ese derecho constitucional prima sobre el derecho al anonimato del donante, con lo cual si un hijo así lo desea puede descubrir quién fue su padre donante anónimo de semen.
En el caso de dos homosexuales con un vientre de alquiler legalmente (el vientre de alquiler no es legal en España pero si en otros países) la madre es la que da a luz, pero si además el óvulo es de otra, el niño se encontrará con que tiene nada menos que cuatro padres (dos madres y dos padres)
En el caso de las mujeres homosexuales: ídem. Padre desconocido donante anónimo, madre la del vientre es la legal y puede o no que el óvulo sea de la del útero o una donación de la compañera. Bienvenido al mundo con tres papás. A que es buena tarea para un abogado y un juez decidir qué hacemos entonces con la custodia cuando se separen?
 Y ya no me acuerdo de más pegas por la que este tipo de asistencia médica no es recomendable, excepto que para la pareja son consecuencia de mucho estrés, son procesos caros y largos, terminan muchas veces en frustración y no hacen más que recordarnos una y otra vez hasta qué punto se tiene tal "derecho" a tener un hijo pasando por alto no solo todos estos principios éticos, sino también tanto dolor, tanta "forzar la máquina"


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