lunes, 17 de febrero de 2014

Riquezas de la Iglesia, Financiación de la Iglesia

Partimos de lo que ya vimos en "la doctrina Social de la Iglesia" del café anterior: la visión que la Iglesia (Dios) tiene de cómo debería regirse el hombre en sociedad: trabajar, cobrar un salario justo por su trabajo, relacionarse socialmente, crear familias y tener tiempo para el ocio y para la religión.
Dentro de ese tiempo dedicado a la Religión y como los hombres somos "materia", la Iglesia favorece las relaciones entre el hombre y Dios (no olvidemos que la Iglesia Católica en concreto la fundó el mismo Cristo) y esa Iglesia se mantiene también con "materia": hay que alimentar a los sacerdotes que trabajan para ella, hay que mantener los templos donde nos reunimos y, todavía más importante, en nuestra vertiente de adoración, de reconocer a Dios como Dios y Rey de toda la creación, tenemos derecho y deber de hacerle ofrendas y llenarle de oro y diamantes y todo lo que nos "salga" darle. Cuando un novio le regale de pedida a su novia un ladrillo en vez de un anillo de oro con una piedra y una novia le regale a su prometido cemento en vez de un buen reloj..... en la Iglesia dejaremos de dar "oro" para Dios porque está claro que no se lleva.
El mismo JesuCristo reconoce en el Evangelio que "Le gusta" que se le den "cosas buenas" (episodio cuando Maria Magdalena vierte sobre su cabeza un perfume carísimo que los discípulos piensan que se podría vender y dar el dinero a los pobres) Mt 26, 6-13 o Mc 14, 3-8
El propio Jesucristo, en otro momento, alaba a la viuda que da solo dos blancos frente a los ricos que dan más, "porque ella ha dado de lo que no tiene, mientras que los demás han dado lo que les sobra" Lc 21, 1-14 y Mc 12, 41-44
Los católicos en general somos una comunidad generosa. En las parroquias se recogen anualmente una pasada de kilos de ropa y de alimentos en conservas y arroz y pasta. En las parroquias se nos anima a ayudar al que no tiene, ahora en Cuaresma se nos invita a vivir la caridad con el prójimo especialmente y a hacer obras de misericordia.
En definitiva, que la Iglesia (no solo por sus misioneros, Cáritas, Manos Unidas y demás) sino por sus miembros a los que se les "pincha" constantemente a ser generosos, es una institución que hace mucho por los pobres.
¿Por qué no vender los tesoros Vaticanos (o los bienes de la Iglesia en general) y acabar con el hambre en África?
1.- Los tesoros Vaticanos NO se pueden vender. Han sido declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Nadie puede venderlos ya, ni el Papa ni nadie. Los últimos domingos de mes, se pueden visitar los museos vaticanos gratis y los demás se paga, pero lógicamente mantener todas esas obras de arte cuesta un mantenimiento, sería idiota no cobrar.
2.- Cada católico tenemos derecho a que lo que demos a Dios se quede para Dios. Cuando hace siglos un hombre dió los beneficios de su trabajo, una joya heredada, pagó a un artista para que pintara a una Virgen con su esfuerzo y su dinero para "alabar a Dios" tiene todo el derecho a que con el paso del tiempo nadie venda ese "regalo" que él quiso hacer a Dios. Probablemente, al igual que dio para Dios, dio para los pobres otro tanto. Igual que una novia jamás vendería su anillo de pedida para comprar leche y arroz (tendría que ser un caso de pobreza horrible para llegar a hacerlo)
3.- Incluso vendiendo, no se acaba con el hambre en África, como bien vimos en el capítulo de la Doctrina Social de la Iglesia, el problema del Tercer y Cuarto Mundo es más gordo
Matizar por último que cuando hablamos de la financiación de la Iglesia, hablamos del Vaticano (Santa Sede), Conferencias Episcopales de cada país, diócesis y parroquias. Los agustinos, cleretianos, Opus Dei, carmelitas.... se autofinancian por su cuenta (dando clases en colegios, vendiendo, pidiendo limosna, buscando ayudas, con su trabajo, como lo tengan previsto....)
La página de información más completa de la financiación de la Iglesia en España es:  www.portantos.com donde explica que en España (no es igual en todos los países) el Estado contribuye con la Iglesia solo con la colaboración de cada ciudadano que así lo pide en la declaración de la renta. Además, con las aportaciones parroquiales, los cooperadores paroquiales, y demás limosnas. Los sacerdotes (insisto, los diocesanos) por su parte, suelen tener un sueldo mínimo (a no ser que compatibilicen su labor parroquial con, por ej. clases en una Universidad o en un instituto, capellanía de una cárcel o un hospital)
Pero como Iglesia somos todos, lo bueno que tiene es que si das limosna a agustinos, colaboras con la Iglesia. Si das ayuda a Opus Dei, colaboras con la Iglesia. Si das al Domund, colaboras con la Iglesia.... y todo es para la Gloria de Dios.
Espero haberme expresado claro

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