Como aperitivo hay tres cosas que conviene tener en cuenta y de las que viene muy bien en la vida convencerse:
1.- Dios NO quiere nuestro dolor, ni nuestro sufrimiento, ni nuestra muerte.
Dios es como esa madre entregada y amorosa que consiente que deja a su hija dormir el sábado hasta casi la hora de comer "porque la niña ha salido hasta las seis de la mañana", esa madre que tiene la comida calentita cuando su hija viene de trabajar, esa madre que no deja hablar a nadie en casa y descuelga el teléfono cuando su hija está constipada, esa madre que se acuesta hasta tarde cosiendo el vestido a la niña que no se lo quiere poner tan largo, esa madre que cocina la comida preferida de su hija, esa madre que hace la compra y no pide ni que la ayuden con el carro porque su "pobre hijita" bastante tiene ya con el colegio, esa madre que recibe encantada a las amigas de su hija en casa..... me voy explicando?
Pues como esa madre que es, Dios NO quiere el sufrimiento, el cansancio, el hambre, el dolor para nosotros.
2.- Dios nos quiere inmensamente felices.
De hecho, cuando Dios creó a Adán y Eva los puso en un paraíso. No se cansaban, no había enfermedades, no había pecados, vivían en armonía con la naturaleza, su trabajo, la creatividad, no les cansaba, no se enfadaban. Era un pasote de vida. Y ellos mismos fueron los que (no se sabe muy bien lo que pasó) o no quisieron seguir viviendo así, o cuando tuvieron que elegir, eligieron mal. (La Biblia cuenta que fueron tentados por el demonio -la serpiente- y se comieron la manzana del árbol del mal y del bien)
3.- Estamos en un destierro. La Iglesia habla de "un valle de lágrimas".
En el mismo momento en que comieron la manzana, se dan cuenta de que están desnudos, se asustan de Dios (al que antes trataban de colega)....en definitiva, se abre una caja de Pandora y entra en el mundo todo lo malo: el pecado, la muerte, el autodestierro, el dolor, los tsunamis, los terremotos, las plagas, los egoísmos, las guerras.... todo lo malo que hay en nuestra vida entró ahí, en ese momento.
Ante esto, ¿qué hace Dios?
Se ofrece a sí mismo para volver a meter todo eso otra vez en la caja de Pandora y cerrarla para que no se vuelva a abrir nunca más. Y para ello se inmola en la Cruz cogiendo, haciéndose cargo en su cuerpo santísimo, de todos los dolores, enfermedades, miserias, pecados, muertes, traiciones, catástrofes mundiales, plagas, etc. Todo, en su Cuerpo, hecho Hombre, cuando con un simple rasguño nos hubiera salvado de sobra. Se somete a la muerte y la vence resucitando y logrando para nosotros así la Resurrección.
Como dicen que visualmente se queda todo mejor, aquí va "el póster" en el que aparece la serpiente y la manzana como causantes de todos los males que son "absorbidos" por la Cruz de Cristo (un héroe de los de verdad) de la que salen, gracias a su Sacrificio, todas las alegrías, esperanzas, vidas, cosas buenas...etc.
UN PASO MÁS PARA ENTENDER EL DOLOR
Si todos los hombres del mundo no sufriéramos nunca, nunca fuéramos a Misa, nunca ofreciéramos nada a Dios, viviéramos como "Barbies" a base de pedicuras y peluquerías, chóferes y comidas y cenas en restaurantes, sin problemas, sin sacrificarnos por nadie, sin amar a nadie hasta el punto de hacer nada por los demás, en definitiva, aun en el caso de que todos fuéramos unos mimados consentidos haciendo en la vida lo que nos diera la gana y sin soltar una lágrima, aun así, con un solo acto de contricción antes de morir, Cristo ya nos ha redimido. No hace falta que el hombre ponga nada de su parte. Él ya nos ha salvado con su sacrificio de muerte. Podemos tumbarnos en un colchón y esperar tranquilamente la muerte que Él ya ha vencido la batalla y la ha ganado por nosotros.
SIN EMBARGO, cuando Cristo llevaba la Cruz, cuentan los Evangelios al narrar la Pasión que Simón de Cirene (el Cirineo) Mc 15, 21-22; Mt 27, 32; Lc 23, 26 fue obligado por los romanos a cargar con ella un tramo porque Jesús ya no puede más con el peso del madero (con el peso de todos nuestros pecados, de todas nuestras ofensas, de todas nuestras maldades, de toda esa caja de Pandora que se ha escapado).
Según la teología de la Iglesia, nosotros podemos ser como Simón de Cirene.
Repetimos, Dios no quiere el sufrimiento de nosotros ni nos lo pide. Pero igual que esa madre que quiere que su hija esté entre algodones, si se levanta por la mañana y ve que su hija le ha recogido la cocina, se le cae la baba, a Dios también se le cae la baba cada vez que le ofrecemos algo o que hacemos algo por los demás.
Así, cada vez que hacemos un servicio a los demás, que rezamos por alguien, que ofrecemos una mortificación, que nos negamos algo por amor a Dios, por ser un poco Cirineos para el Señor, a Dios se le cae la baba..... a kilos. No es obligatorio, Dios no quiere nuestro sufrimiento, pero si cada vez que tenemos sufrimiento en la vida (desde una contrariedad, hasta una enfermedad gorda hasta un dolor moral gordo, gordo) lo ofrecemos a Dios y nos unimos a Cristo en la Cruz, a Dios se le cae la baba y hace mogollón de cosas buenas con ese ofrecimiento nuestro. Mogollón. Una de ellas, premiarnos a lo bestia como tu madre te premia: "te he comprado esto que sé que te gusta, porque te quiero, pero además porque cuidaste a tu hermana el otro día que salimos a cenar papá y yo".
¿Me explico?
La máxima corredentora y otro ejemplo para nosotros de dolor, es la Virgen que sufrió la muerte de su propio Hijo y que sufre también con nosotros cuando nos pasan cosas malas. Tanto Ella como su Hijo son ejemplo de cómo el dolor y el sufrimiento y la muerte tienen sentido en nuestra vida.
Otra idea que es verdad total es que "de lo malo saca Dios muchas cosas buenas" así que aunque aveces no se entienda el porqué de las cosas hay que confiar que Dios nos da mucha ayuda ("mi yugo es suave, mi carga es ligera" todas sabemos de alguien conocido que teniendo motivos para andar llorando por las esquinas va con alegría y serenidad por la vida. Eso es por la fuerza que da Dios)
Una imagen que vale mucho para entender el porqué de las cosas que no se entienden es la de la madre que quita al bebé del enchufe cuando éste quiere meter los dedos. El bebé llora y la madre sabe que aunque llore no le puede dejar meter los dedos en el enchufe. Así es Dios con las cosas que no entendemos en esta vida, con los enchufes que nos quitan. Siempre hay un motivo que nosotros no podemos ver y que en el Cielo terminaremos de entender.
Otra imagen: el otro póster: a la izda arriba Adán y Eva cagándolo todo. Todo lo que hay en nuestra vida, en este destierro: enfermedad, pecados, guerras, tsunamis, quedar con las amigas a tomar una coca-cola, momentos de penitencia, cine, atracciones, pobreza.... en todo, si pensamos en la Cruz de Cristo, si damos gracias en lo bueno, si ofrecemos lo malo, si nos sacrificamos por lo demás....¡¡¡Seremos Cirineos!!!
Tú quieres ser un Cirineo? ¿Cuánto tiempo del camino a la Cruz estás dispuesta a suplantar a Cristo?
Con alegría, eh?