Como ya os anuncié, la charla ha ido sobre matrimonio. Ha sido muy breve porque tanto mientras la preparaba, como mientras debatíamos, nos hemos dado cuenta que da para ir ampliando con un montón de temas (ya hemos emplazado para próxima vez el de la complementariedad hombre-mujer).
Pero esto es más o menos:
Pto 372 del Catecismo: Tras la creación, Dios ve que Adán está "solo" y le da una mujer, obtenida de su costilla. Con este "sacar" de la costilla, quiere decir que es igual a él (pero no le da otro hombre exacto, le da una mujer, que le complementa, le llena) (De ahí que queramos hablar de esa complementariedad, de ahí que no valga el matrimonio homosexual, de ahí que tampoco sea compañero de un hombre un perro -a pesar de que a veces los animales sean mejores que las personas)
El matrimonio es una institución natural que el hombre lleva impresa, como el comer, el instinto de supervivencia y que surge del enamoramiento "natural" y del deseo "natural" de un hombre y una mujer de pertenecerse, de darse, de entregarse, de amarse y de tener hijos.
JesuCristo elevó esta "naturalidad" a sacramento, ¿para qué? para ayudarnos, porque a causa del pecado, en el matrimonio acaban anidando rencillas, infidelidades, desconfianzas, recelos, egoísmos, etc. Cuando nos casamos ante Dios recibimos toda esa gracia sacramental.
Ptos 1602 y ss del Cartecismo: tal y como ya acordamos en la primera charla, Dios ha creado al hombre como un acto de amor y cualquier amor entre los hombres es un reflejo de ese amor de Dios. Desde tiempo inmemorial, en filosofía, se ha definido la mayor felicidad como "amar y saberse amado". Siguiendo el mandato de Jesús: "amaos los unos a los otros...." o "así conocerán que sois mis discípulos: en que os amaís unos a otros", el amor conyugal debe ser una expresión de amor y debemos amar a nuestro cónyuge hasta el punto de "morir por él" como Cristo murió por nosotros.
Ptos 1625 y ss de Catecismo: EL CONSENTIMIENTO MATRIMONIAL
Para que el matrimonio tenga lugar son necesarios:
un hombre,
una mujer,
un consentimiento LIBREMENTE dado.
Si falla el consentimiento (en el debate posterior vimos algunos casos concretos), el matrimonio no tiene lugar. Algunos motivos para que falle ese consentimiento: miedo, edad, rapto, parentesco, impotencia, vínculo anterior, disparidad de culto, haber recibido el orden, pertenecer a una orden religiosa.
En los bautizados y ante la iglesia, este consentimiento queda sellado por el mismo Dios de modo que no puede ser disuelto jamás (te han pegado con loctite, vamos) y ni la Iglesia tiene poder para pronunciarse contra esta disposición.
Separación (pto 1649) Por situaciones de convivencia matrimonial imposible, la Iglesia admite la separación física de los esposos y el fin de la cohabitación. Los esposos no cesan de ser marido y mujer delante de Dios por lo que no son libres para contraer nuevas uniones.
Divorcio: algunos católicos se divorcian y contraen civilmente nuevas uniones. Por fidelidad a la palabra de Jesús: "Quien repudie a su mujer y se case con otra comete adulterio y viceversa" (Mc 10, 11-12), la Iglesia no reconoce como válida esta unión si era válida la anterior.
Estas personas: no pueden comulgar ni ejercer responsabilidades eclesiásticas, pero sí se les exhorta a ir a Misa, escuchar la palabra de Dios, perseverar en la oración, educar a sus hijos en la fe cristiana, hacer obras de penitencia, de caridad para implorar de ese modo, día a día, la gracia.
FINES DEL MATRIMONIO: procreación y educación de hijos (es el lugar idóneo para nacer....) y la ayuda mutua y ¡¡¡¡¡remedio a la concupiscencia!!!!
Sus propiedades son la unidad y la indisolubilidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario