domingo, 21 de octubre de 2018

El sínodo de los Jóvenes

El motivo de esta charla es que creo que es bueno que estemos unidas, tanto en conocimiento, como en oración, con lo que está la Iglesia y con lo que preocupa a la Iglesia pero también porque somos todas madres ya de casi jóvenes de esta Iglesia. 
¿Por qué es importante el Sínodo de los Obispos?
El Sínodo de los Obispos se creó tras el Concilio Vaticano II para dar forma a la unidad necesaria que en materia de fe y de costumbres se manifiesta cuando se habla del gobierno de la Iglesia en manos del Papa en unión con los Obispos. El sínodo de los Obispos son los Obispos unidos con el Papa.
Los temas que se plantee a tratar el Sínodo de los Obispos, tenemos que creer pues que son temas que preocupas a Dios mismo o que el propio Dios quiere que trate la Iglesia para solucionar posibles temas.

¿Por qué se plantea el Sínodo el tema de los jóvenes?
Ahora que me dedico al sector de la educación, me doy cuenta de la importancia que tiene la infancia y la juventud. Son efectivamente el futuro. Haz una radiografía de los jóvenes, podrás hacer una radiografía de la sociedad que tendrás cuando estos jóvenes sean adultos. 
Pero también porque los jóvenes de hoy en día tienen un perfil nuevo debido al uso de las nuevas tecnologías, que no tenía anteriormente. Pero también debido a la globalización, los viajes al alcance de todos, etc. Sociológicamente se están sufriendo los cambios más rápidos que se han sufrido nunca en comportamientos, educación, costumbres, usos, etc
Este sínodo tiene tres objetivos: conocer a estos jóvenes, qué les preocupa, cómo viven, cuáles son sus intereses, cómo son; cómo viven estos jóvenes el mensaje de la Iglesia, qué entienden de él, cómo y por qué cauces les llega la palabra de Dios; y el modo de implicarles en cambiar el mundo.... para Dios. Aprovechar las caracterísitcas inmutables de la juventud que son intransferibles a pesar de los cambios sociales y tecnológicos y que están relacionados con su innato idealismo y su radicalidad, para animarles a querer trabajar para sembrar el Amor. 

El esquema de trabajo que se presenta a continuación, en continuidad con el Documento preparatorio, se divide en tres partes:
  • la primera está dedicada a profundizar la situación real de los jóvenes de hoy;
  • la segunda está vinculada a la comprensión de parte de los jóvenes de las palabras clave del próximo Sínodo;
  • la tercera está orientada a corresponsabilizar a los jóvenes en la acción educativa y pastoral de la Iglesia.

DESAFÍOS Y OPORTUNIDADES DE LOS JÓVENES EN EL MUNDO ACTUAL

(1) La formación de la personalidad. ¿Cuáles son las experiencias relacionales y afectivas, los eventos especiales y los lugares específicos que plasman hoy, más que otros, la identidad de las jóvenes generaciones?
(2) La relación con la diversidad. ¿Qué desafíos y oportunidades se presentan en nuestro mundo cada vez más hiperconectado, multicultural e interreligioso, en el cual lamentablemente la disparidad y las divisiones aumentan?
(3) Los jóvenes y el futuro. ¿Qué sueñan los jóvenes para su vida y para la sociedad en la que viven y de qué modo se están empeñando para concretar sus aspiraciones?
(4) La relación con la tecnología. ¿De qué modo contribuyen las nuevas tecnologías a plasmar hoy la identidad y el estilo de vida de los jóvenes entre nuevas oportunidades y peligros inéditos?
(5) La búsqueda del sentido de la existencia. ¿Qué relación hay entre la vida cotidiana de los jóvenes y su experiencia de lo sagrado, de la espiritualidad y de la religión?

Fe y vocación, discernimiento y acompañamiento

Es importantísimo que nuestros jóvenes se planteen que quieren ser, qué capacidades tienen, qué les gusta hacer, cómo se ven en un futuro cada vez más cercano

La acción educativa y pastoral de la Iglesia

(11) Estilo de Iglesia. ¿Cuáles deberían ser las características de una Iglesia luminosa, atractiva y creíble para las jóvenes generaciones, capaz de suscitar en ellos respeto y atraer su interés?
(12) Jóvenes protagonistas. ¿Cuáles son los campos privilegiados, tanto civiles como eclesiales, en los que los jóvenes pueden ser verdaderamente corresponsables de la misión de la Iglesia con sus competencias y su pasión?
(13) Los lugares a privilegiar. ¿Qué lugares son más importantes que otros para encontrar a los jóvenes allí donde estén, para caminar con ellos y ofrecerles la luz de la fe?
(14) Las iniciativas a reforzar. ¿Qué iniciativas específicas parecen más adecuadas para tocar la sensibilidad de los jóvenes, a fin de que puedan crecer en su humanidad plena?
(15) Los instrumentos a utilizar. ¿Qué lenguajes parecen más convenientes y qué modalidades parecen mejores para suscitar en los jóvenes una sensibilidad vocacional, una atención por el prójimo y una vida de gracia?


Todas estas preguntas se ha dado la posibilidad de contestarlas online. Se han creado distintos hashtags para hacer a los jóvenes participar. Ha habido una invitación clara de la Iglesia para que nuestros hijos participen y, sinceramente, ninguno de los míos lo ha hecho. 

El sínodo terminará a finales de octubre y es bueno que lo recemos mientras está ocurriendo para que el Espíritu Santo ilumine con las conclusiones, ya que las decisiones y cosas que se vean en este sínodo afectan determinantemente al futuro de la Iglesia y por ende al de nuestros hijos. 

Mientras tanto, es bueno que hagamos a nuestros hijos más hijos de la Iglesia. 
Sé que la última charla que dimos sobre la educación de nuestros hijos y la realidad social fue un poco negativa sobre cómo estaba el patio de hedonista e hipersexualizado, por eso hoy me gustaría hacer hincapié en dos cosas muy positivas de nuestros jóvenes:

-Solo por el hecho de ser jóvenes se hacen cuestiones básicas elementales. Quién soy y adónde voy. Se cuestionan qué estudiar. Con qué chica salir. Dónde vivir, en qué ciudad. Y es muy bueno que hablemos con naturalidad en casa de otra opción: la de su alma, la de su estado. La elección de su vocación vital. Cómo te ves en el futuro: soltero, casado, viudo o monje. Que se planteen posibilidades. Que sepan que la vocación es el equivalente a la felicidad.
Tenemos que entender nosotras primero para hacérselo ver a ellos que Dios les ha hecho de una manera. E igual que a los negros les ha hecho una piel resistente al sol porque viven en países excesivamente soleados, a ellos les ha hecho de una manera específica porque van a vivir una serie de cosas en la vida, un tipo de padres, un tipo de famila, un tipo de sociedad.... y finalmente, un tipo de tarea concreta 
Evitar nuestra vocación, para lo que nos ha llamado Dios, es de tontos. 

-Solo por el hecho de ser jóvenes son idealistas y por ello generosos con su tiempo y sus bienes.. 
Es el momento de apretarles con los grandes ideales y con las grandes metas. 
Igual que les orientamos hacia una u otra carrera, tenemos que tener claro que esperamos de ellos: que hagan carreras para forrarse de dinero o que hagan carreras con un bien directo sobre la sociedad, como servicio a la sociedad (que no son incompatibles con ganar un buen sueldo)
Alimentar en ellos y ponerles ejemplos de gente que se da, que hace a los demás, que significa algo para los demás
Jose Mari Manzanares puso como ejemplo de persona más influyente en su vida a don Mariano Ros.

Es nuestro deber crear para ellos en casa ambientes cristianos. Que la Misa de los domingos sea algo natural y alrededor de lo que se organizan los planes de fin de semana; que no les dejemos hacer cosas porque pensemos que les ponen en ocasión de pecar. Que nos preocupan cosas de ellos por la trascendencia que tienen detrás.
En una familia cristiano no nos preocupan las notas ni las carreras elegidas, nos preocupa que estudien y se esfuercen y que elijan pensando en cambiar la sociedad. 

Os dejo el enlace de la página wed del sínodo de los jóvenes donde hay ya algunos documentos y cartas y donde se publicarán las conclusiones. 

http://www.synod2018.va/content/synod2018/es.html


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