martes, 28 de abril de 2015

La mujer en la sociedad

Para poder hablar de la mujer en la sociedad hay que tener claro qué es la mujer y cómo está la sociedad que nos ha tocado, que es muy diferente de la de nuestros padres y que es una sociedad en constante cambio.

IGUALDAD EN LA DESIGUALDAD
En cuanto a la mujer, lo primero que  me gustaría dejar constancia aquí, a pesar de todo lo que se va diciendo hoy en día, lo que vemos publicado en los medios de comunicación, la propaganda que nos llega del Gobierno y la insistencia con la que se repite y se exige la igualdad, es que la mujer y el hombre son diferentes. Y como prueba basta con ponerlos desnudos delante de un espejo para darse cuenta de que es así.


Con esto no queremos decir que no se deba exigir un tratamiento igual. Igualdad ante la ley, los mismos derechos y las mismas oportunidades. Eso por supuesto. Se deben exigir y se debe promover que existan y luchar porque se regulen y se cumplan. La igualdad legal, la igualdad de trato, la igual dignidad es propia del ser humano per se, independientemente de su sexo.

Pero una cosa es tratar de iguales, como los dos géneros que conforman la especie humana y otra es pretender que el hombre y la mujer piensen, actúen y vivan exactamente igual. El hombre no puede dejar de ser hombre y la mujer no puede dejar de ser mujer. Tratar de conseguir lo contrario, es ir contra natura y como resultado se está produciendo mucha infelicidad porque la gente no termina por aceptar quién es y qué le hace feliz. 

El hecho de que la mujer sea, porque su cuerpo es así, (el hombre no puede hacerlo), quien concibe, quien pare y quien da de mamar, la predispone y la ha predispuesto a lo largo de los siglos hacia una serie de sensibilidades y cualidades que no tiene el hombre ni tendrá jamás a no ser que se le eduque en ese sentido y que aún así, cuando las tenga, no serán ni saldrán de una manera tan natural como salen de la mujer. En la convivencia diaria entre hombres y mujeres se acaban pidiendo cosas (muchas veces, en su mayor parte, las mujeres a los hombres) que no son propias de ellos y sufrimos porque no vemos que salga de ellos dárnoslas

El hombre y la mujer somos distintos, nos mueven preocupaciones distintas, nos mueven objetivos distintos. Los estudios en las universidades hablan de que como tradicionalmente el hombre cazaba o luchaba e iba a la guerra y la mujer paría y se encargaba de la casa y la familia y plantaba, eso afecta a nuestra visión (la del hombre más global, la de la mujer más concreta; a nuestro modo de entender la realidad que vivimos...) hay miles de chistes más en internet sobre el asunto de la diferencia entre hombres y mujeres que son lo que dificulta nuestra convivencia muchas veces, pero también, precisamente lo que hace que nos complementemos.


https://www.youtube.com/watch?v=fqsaYZXGnhI


Otra explicación que justifica la diferente mentalidad es precisamente la diferenciación física. 
En materia de reproducción, por ejemplo, la mujer produce un óvulo al mes. Tarda en desarrollarlo, en que salga del ovario, en emprender su viaje, anida en nuestro útero, está a la espera de. espermatozoide y para ello se prepara y prepara su alrededor. Es algo cuidado que de hecho provoca en las mujeres un cambio hormonal mensual enorme y con ello las bromas sobre el Síndrome premenstrual,etc. Sin embargo el hombre suelta en una eyaculación miles de espermatozoides, puede hacerlo varias veces en un día por no hablar en un mes. Cada espermatozoide suyo va dentro de un lote. No es algo tan cuidado, tan especial como cada óvulo de la mujer. ¿De verdad pensais que eso no afecta en la mentalidad de cada uno?



DESIGUALDAD SEXUAL
De hecho afecta incluso a la sexualidad y a la actividad sexual. Con la liberación de la mujer se está fomentando y, de hecho. se está consiguiendo, convencer a la mujer de que es igual sexualmente que el hombre. Qué de infelicidad se ve hoy en día entre mujeres y hombres por este planteamiento.
La mujer y el hombre son también sexualmente completamente diferentes. 
Al hombre, probablemente por su herencia tradicional de cazador y luchador, le gusta y disfruta con la conquista. EL hombre es sexualmente hablando, mucho más sensible que la mujer. El hombre, porque una mujer se cruce de piernas, insinúe algo o enseñe, se excita de inmediato. Y le pasa además casi con cualquier mujer. Puede controlar esa excitación, sí, Pero le pasa. La mujer, por muchos hombres desnudos que vea, no se excita, aunque se le está educando para que sí. Se le está educando para que le guste ver hombres desnudos. Pero realmente la mujer, de forma natural, no se excita por ver un hombre desnudo y para que le entre el apetito sexual con los ojos tiene que ser por un hombre especialmente atractivo o al que quiera mucho. 
El hecho de que Uno de los dos de la especie (como sucede en el resto de las especies animales) sea más activo que el otro (el hombre) permite la perdurabilidad de la especie (si no hubiera ningun activo sexual, jamás se reproducirían) y el hecho de que haya otro menos activo sexual permite la selección natural. 

DIFERENTE CUALIDADES
Porque el hombre y la mujer son diferentes, pero pertenecen a la misma especie, son COMPLEMENTARIOS. Y admitir y aceptar y conocer esta complementariedad es lo que dará felicidad y paz a esa convivencia. La mujer aporta en la sociedad, en la vida en familia, en la vida laboral puntos de vista, aspectos, feminidad en definitiva que el hombre no, y al revés el hombre con su masculinidad. 

LA COMPLEMENTARIEDAD EN LA VIDA EN COMÚN
Esta complementariedad es fundamental para la vida en común. Cada uno de ellos ofrece al otro, a la vida en común, a la sociedad, algo que el otro es incapaz por sí solo de aportar. 
¿Se puede enseñar a un hombre a cocinar, a limpiar, a hacer los deberes con sus hijos, a responsabilizarse de un bebé? Pues claro que se puede. Pero, volvemos al video de Buenafuente, no se puede esperar que salga de él. Hay que enseñarle. 



La mujer, por ser madre, tiene una tendencia más compasiva, más empática, más generosa que el hombre. El hombre, por ser el defensor de la familia, es más competitivo, es el proveedor de la familia y disfruta con ello. 

LA SOCIEDAD DE HOY
Habeis nacido en una sociedad en que gracias a Dios tanto hombres como mujeres pueden estudiar y trabajar de lo que quieran, los salarios están equiparados y la mujer está perfectamente integrada en la vida laboral, pero en la que todavía no se aceptan esas diferencias ni se les saca provecho. Todavía a la mujer le pasa factura la maternidad en la vida laboral y la primera que no lo acepta ni entiende ese sacrificio es la propia mujer y, por supuesto, la ley y en este ámbito todavía queda mucho por pelear. 
La maternidad es algo tan intrínseco a la mujer que condiciona sus entrevistas de trabajo, sus años de empleo y su vida laboral durante muchos años, mientras que al hombre no le pasa.
¿De verdad pensais que de engendrar, llevar en las entrañas durante nueves meses, dar a luz y amamantar a un bebé va a resultar lo mismo que de haber plantado una semilla entre un millón no se sabe muy bien cuándo?

LA MATERNIDAD COMO PRIVILEGIO
Me dijeron una vez una cosa que me llamó muchísimo la atención y que no me creí en su momento porque no lo ví así, pero es algo de lo que ahora estoy plenamente convencida. 
La mujer es realmente feliz, se siente perfecta y totalmente realizada sólo cuando es madre, con la maternidad. 
Enseguida, o al menos a mí, nos viene a la cabeza, las personas célibes que no son madres ¿es que no son felices encima que lo dejan todo por Cristo? Pues sí, porque hay dos tipos de maternidad: la carnal y la espiritual (y la carnal también conlleva una maternidad espiritual) 
La madre Teresa de Calcuta es madre precisamente porque vivió la maternidad aunque no tuvo ningún hijo propiamente dicho. 
Los hombres, mentores de alguien, al educar a otro, al enseñar lo que han aprendido en la vida, en la profesión, es cuando se sienten realizados, cuando sienten que dejan algo en esta vida con proyeción de futuro, algo duradero y las mujeres también.
Decía Julia Roberts cuando fue madre en una entrevista:


Educar a la mujer en que la maternidad es una atadura, que no te permite vivir la vida, que no te permite alcanzar tus metas profesionales, solo lleva a verdadera tristeza, porque va en contra de la propia mujer. Por eso hablan, a veces con ironía, del famoso "reloj biológico" que toda mujer lleva dentro y que hace saltar las alarmas cuando la mujer se acerca a los 40, porque hay algo interior a la mujer que le recuerda que se está quedando sin su posibilidad de ser madre, en el fondo, de realizarse de verdad como persona. 

Uno de los mensajes principales de esta charla de hoy es el que yo considero el mejor mensaje que os puedo dar para la vida: si no sois madres, no vais a ser felices o, al menos, no vais a serlo plenamente, Hay que ser madre para darse cuenta de que es verdad. Lo que sembréis en vuestros trabajos, los logros que consigáis, se van a quedar reducidos a una pensión y un "adiós y muchas gracias" por parte de la empresa. Pero vuestros hijos, los que tengáis, son para toda la vida. 

EL TRABAJO DE AMA DE CASA
Como consecuencia de esta sociedad que esta re situando a una mujer en igualdad con el hombre, ha salido muy perjudicado en su imagen el trabajo del hogar. El ama de casa es para mujeres gordas en batitas de guatiné y rulos que no saben hacer la "o" con un canuto, no para profesionales con buenas carreras y estudios superiores. No se valora. No se paga. No tiene prestigio. 
Perdonad que hable de mí. Pero yo dejé de trabajar con el nacimiento de mi segundo hijo. 
La decisión me costó. Y una de las cosas que más pesaba (fijaros qué chorrada) era mi imagen de cara a los demás. Pasaba de ejercer una profesión muy enriquecedora humanamente hablando, que siempre daba para temas en las salidas con los amigos porque estabas siempre al corriente y en primera línea de la actualidad más inmediata, a tener que poner una risita tonta cuando te decian : "Ah que no trabajas?" 
No me arrepiento en absoluto. 

https://www.youtube.com/watch?v=rYEp93BgtEc

En la vida da tiempo a todo. He criado cinco hijos, ya están todos en edad escolar y ahora me siento por fin libre. En mi época en casa, no me he dedicado solo a las tareas del hogar Se pueden hacer muchas cosas desde casa y muy valiosas. Es cierto que no se remuneran económicamente hablando y que hoy en día se mide mucho por lo que aportas económicamente. El año pasado, una novela que escribí mientras era ama de casa, quedó finalista y me la publicaron. Me pregunto mucho si habría podido escribir si siguiera con mi vida profesional activa y lo más seguro es que no, no lo sé, porque nunca se sabe, pero probablemente no,

Además, tengo la suerte de que en el Opus Dei me han enseñado a dignificar ese trabajo del hogar. El mismo que hacía la Virgen. La Virgen. La reina de los cielos, la madre de Dios, no era una reina en la tierra ni un mujer con un carrerón. la Madre de Dios era un ama de casa. Como yo.
Y en el Opus Dei también me han enseñado que cuando hago la cama a un hijo mío, le puedo encomendar mientras lo hago y eso no lo hace la limpiadora de turno. Cuando cuido a un hijo enfermo por la noche, puedo hablar con Dios que también está despierto y ofrecerle esa falta de descanso por ese hijo mío. Y la vida de ama de casa acaba siendo enriquecedora y una fuente de crecimiento personal y espiritual bestial. 
Por no hablar de la paz que da a tu marido irse a trabajar sabiendo que tú te encargas de todo. 



Pero lo cierto es que también se puede compaginar la vida laboral y la profesional. La conciliación es difícil y sobre todo a las mujeres nos está generando muchísima desazón. Se nos pide ser superwoman y hacer equilibrio con todas las pelotas. 
Es dificil, pero no imposible y se puede acudir a ayudas externas como los abuelos, los grandes apoyos para la familias de hoy. Se debe, y ahí sí que a los maridos les debe salir por sí solos, la colaboración en las tareas del hogar de los dos y en las responsabilidades, y se debe aceptar esas diferencias como se aceptan las diferencias de carácter de cada uno y se conviven y se aprenden de cada uno. 



Me gustaría resumir, por si no ha quedado claro después de tanto hablar:
-que el hombre y la mujer somos muy diferentes en nuestra igualdad y que esas diferencias son así precisamente porque somos complementarios
-que la mujer no es feliz si no es madre y el hombre no lo es si no es padre. No renunciemos a lo más maravilloso que tiene la humanidad que es el don de procrear y la responsabilidad de educar y enseñar
-que el trabajo de ama de casa es un servicio a la sociedad a través del servicio a la propia familia y que bien llevado es muy enriquecedor
-que está en nuestra mano el tipo de sociedad que queremos tener en función del tipo de familia que creemos 


Que es una gozada ser mujer, que vivimos en una sociedad donde no nos obligan a ir con burka, donde tenemos derecho al voto, tenemos nuestras cartillas y nuestras cuentas corrientes y podemos comparar propiedades y venderlas. Que quedan cosas que luchar y objetivos que lograr, pero no hay porqué hacerlos contra el hombre, sino con su ayuda y en mutua cooperación. Que ser mujer es una maravilla y una experiencia diaria, y que ser madre es lo más grande que he hecho yo en mi vida y que va inseparable de ser una mujer completa. 









martes, 21 de abril de 2015

EL REGALO DE LA IGLESIA

Como siempre hacemos, recordamos la primera clase de todas y con ella el inicio del hombre y la creación. Así, Dios ha creado al hombre para ser feliz y de hecho lo crea en un Paraíso. Como le da libertad, lo que pasa no lo sabemos exactamente, pero sí sabemos que el hombre elige en contra de lo bueno para él, de lo que ha hecho Dios para él, en contra del mundo que Dios conociéndole porque lo ha creado y amándole, le ha dado para ser feliz y en el mundo entra el pecado y entra el dolor, la miseria, la muerte...

Y entonces Dios nos promete a Jesucristo y con Él, nos promete la gracia redentora, nos da los recursos para llevar este AUTODESTIERRO al que nos hemos condenado. Nos dice, "no os preocupeis, os habeis cargado el Paraíso que yo os he dado, pero me doy cuenta de que os arrepentis de lo que habeis hecho, así que os voy a dar, a todo el que lo quiera, los medios para volver a gozar en un paraíso, y esta vez el paraíso ya va a ser sin posibilidad de perderlo y mucho mejor que el primero".

Y Dios, con Jesucristo, nos da la Iglesia y nos la da como barca de salvación en mitad de un hundimiento.
Seguro que habeis oído muchas veces que fuera de la Iglesia no hay salvación. "Extra ecclesiam nulla salus". Este es un dogma de fe. Sin la Iglesia, sin esa barca en el mar, no podemos salvarnos del hundimiento. Sólo Cristo nos abre las puertas del Cielo y sólo Cristo y su Gracia nos pueden llevar a la Salvación y sólo Cristo y la Iglesia que Él fundó nos pueden llevar al Padre. La Iglesia como barca, la barca de Pedro.

Muchas veces hemos oído esto y, al menos a mí, me ha sonado fatal, desesperante para la cantidad de gente que no cree o no conoce la Iglesia o la niega por prejuicios tontos y sin verdadera mala intención. ¿Cuántos de nuestros conocidos bautizados han rechazado una boda por la Iglesia y los hemos comprendido perfectamente? ¿Cuántas personas hoy en día esperan a impartir el bautismo a sus hijos para que sean ellos quienes elijan y no "imponerles" nada y los hemos comprendido desde la libertad?

Qué exageración que sin la Iglesia uno no se salve. Pues es dogma de fe y lo que es más, es verdad.
Y la explicación es de lo más lógico:
1.- Es el hombre el que la fastidia y destroza el Paraíso que se le había dado
2.- Dios le promete al hombre que le dará a Cristo para salvarle, y como Padre no solo nos da a Cristo para que nos salve sino que con Él nos da gracias, nos da ayudas, nos da amor, nos da consuelo, nos acompaña en nuestro caminar, nos da a Su Madre.
3.- Jesucristo muere y resucita para romper todos esos desastres que creó el pecado original. Al morir y resucitar Jesucristo resucita al hombre, a la humanidad entera con Él. Es sólo Jesucristo quien salva a la humanidad. Su acción de morir y resucitar es para toda la humanidad porque todos somos sus Hijos. Sin Él, sin unirse a Él, sin Su Cruz, no nos salvamos. No basta con el acto de salvarnos que hace Él, el hombre tiene que aceptarlo. San Agustín decía: "Dios que te creó sin tí, no te salvará sin Tí"
Es necesario, para que el hombre elija en libertad, un acto del hombre de elegir libremente esa salvación, de unirse a ese acto de Salvación, es decir, un acto de voluntad de engancharse a la barca de Pedro para que le saquen a uno del agua.
4.- ¿Por qué de la mano de la Iglesia? ¿Por qué de la barca de Pedro? ¿Por qué es necesario ese acto de unirse a la Iglesia de Cristo?
Esta es la explicación más bonita y que a mí más me emociona porque me parece que es una pasada. Recordando lo que hablábamos el otro día de la Comunión de los Santos, porqué nuestra salvación está en la Iglesia y es indispensable la Iglesia para salvarnos radica en que la Iglesia, teológicamente hablando, es el Cuerpo de Cristo, es la esposa de Cristo, es un mismo Cristo porque inexplicablemente el enamoramiento de Dios hacia el hombre es tal que nos eleva a su naturaleza y nos hace hijos suyos. ¡Qué Dios más loco tenemos! Y según decíamos el otro día, cuando hablábamos de la Iglesia triunfante (los que ya están en el cielo), la Iglesia purgante (los del purgatorio) y la Iglesia militante (los del mundo que vemos), todos nosotros somos esa esposa de Cristo, somos ese Cuerpo místico suyo, somos Él. Aquí viene lo fuerte chicas, ni Jesucristo nos salvó Él solo (no solo su Madre, que es la corredentora por antonomasia, sino todos nosotros corredimimos con Él) ni estamos en la Iglesia nosotros sólos igual que Adán y Eva no fueron desterrados solos, nos desterraron a todos sus sucesores con ellos. Estamos unidos, pegaditos con loctite. De ahí lo de "Amaos los unos a los otros como yo os he amado" porque el pegamento que nos une es el amor y el Amor es Dios y es todo una pasada que las personas que hablan del karma y el buen rollo y el aura y la bondad y la espiritualidad entreven y captan y se acercan a lo que Dios ha querido para el hombre que es como un banquete de buen rollo general en el que todos, todos nos amamos y o todos ponemos de nuestra parte para salvarnos o todos nos hundimos

Seguimos, y ¿para qué la Iglesia? Porque la Iglesia es esa barca que navega en el naufragio y que nos mantiene a todos unidos en Cristo y la que nos salva.
Esta Iglesia está llena de regalos y el primero de ellos es la gracia santificante.
A través de los sacramentos, de la Eucaristía, de la confesión, la Iglesia nos ayuda a mantenernos en el camino. A través de la Palabra, de la doctrina que conserva con celo, la Iglesia procura que no perdamos de vista lo que es importante en la vida y lo que es necesario para nuestra salvación.
La Iglesia es ese algo visible que nos ayuda a relacionarnos con Dios, es ese algo visible que nos acerca el rostro de Dios y nos dice cómo es Él, por eso la responsabilidad de la Iglesia es muy grande, porque las veces que no se ha comportado de modo que muestre el rostro de Dios, es un pecado muy gordo y cuando los que formamos parte de la Iglesia no somos la cara amable de Dios, pecamos muy gravemente y a más responsabilidad se tiene en la Iglesia más gorda es nuestra responsabilidad de acercar a la gente a Dios y al rostro amoroso de Dios.

La responsabilidad de la Iglesia es tal que es comparable a los que ocupan la barca en el naufragio. Si ves a alguien en el agua y le tiendes la mano y no quiere subir es su problema pero es responsabilidad seria e inevitable de los que están a bordo alargarles la mano, el flotador y todo lo que haga falta cuantas veces haga falta a pesar de que el otro no los quiera. En el que el otro no los quiera, está la libertad del otro de morir ahogado o seguir nadando hasta cansarse, pero es responsabilidad de los que estamos en la barca echarles un cable una y otra vez, una y otra vez, incluso tirarnos a por ellos. Y la de aceptar que nos mire mal desde el agua o que nos odie porque estamos secos y él mojado y no comprenda que le queremos ayudar y se piense que lo que queremos es ahogarle, como pasa muchas veces con los salvamentos.

Tenemos que ver a la Iglesia como una madre, como esa mano salvadora, como esa barca donde nos van a echar la manta para secarnos y donde nos van a dar de comer y beber porque es lo que es. Que la cara de los hombres que lo formamos a veces nos haga ver gente imbécil, malvada, aprovechona, rígida, cabezota, que no cumple con lo que dice ser, no nos puede hacer que veamos a la Iglesia como otra cosa que lo que Cristo ha querido que sea para nosotros. Y Cristo ha querido que la Iglesia sea para nosotros Él mismo. Que la Iglesia sea nuestra Salvación y nuestra Salvación es Él.

Acudamos a la Iglesia a pedirla todo lo que necesitamos para nuestra salvación: los sacramentos, el perdón, la eucaristía, la formación, el coaching, la dirección espiritual y por qué no, ofrezcamos nuestros recursos a la Iglesia para ayudar, porque no podemos olvidar que estamos en medio de un naufragio, de un destierro y hay muchísima gente ahogándose. Ayudemos a la Iglesia a tirar flotadores, ayudemos a la Iglesia a echar cables a ofrecer manos. Seamos Iglesia, seamos Cristo, seamos hermanos de los otros hijos de Dios.

La pregunta del millón:
¿Qué pasa con los que no suben en la barca no porque no quieran, no porque digan libre y voluntariamente que no, sino porque nunca han estado cerca de la barca, la barca nunca ha llegado a ellos o ellos han encontrado maderas a las que agarrarse y ahí se han quedado de buena voluntad? (otras religiones, desconocimiento total, etc)

Lo primero que hay que saber es que Dios es infinita misericordia y que en su infinita sabiduría puede juzgar a todos y cada uno de los hombres y leer en su corazón y en su sabiduría eterna puede saber si hubieran tenido la posibilidad de ver la barca si hubieran querido subirse o ahogarse. Y Dios, no lo olvidemos, nos da todos los medios que necesitamos para salvarnos, pero también respeta nuestra libertad de no querer subir a la barca.
A pesar de que fuera de la Iglesia no hay salvación, Juan Pablo II, Papa con potestad para decirlo, declaró Santos a todos los fallecidos asesinados en el campo de concentración de Auschwitz. Adujo que habían sido mártires de su religión judía y que estaban en el Cielo. Así pues, se confirma que se pueden salvar, pero porque ese martirio les subió a la barca de Pedro de golpe y porrazo.

Como ya sabeis la manera más eficaz y rápida de subirse a la barca de Pedro es por el Bautismo. Por el Sacramento del Bautismo que impone la Iglesia Católica uno entra ya en la barca de Pedro y esperemos que no sea tan tonto de bajarse (uno se baja con la excomunión). Pues bien, segun la Iglesia Católica hay tres tipos distintos de bautismo:
1.- bautismo católico
Es el que se imparte por la Iglesia Católica mediante la imposición de aguas. Conviene subir a nuestros hijos a la barca de la Iglesia cuanto antes, porque sin ella no hay salvación. No hay que dejarles que elijan igual que ningun padre le preguntaría a un hijo en un naufragio si quiere subir a la barca, le subiría del culo y marchando.
2.-Bautismo de deseo
A los que mueren deseando recibir el bautismo, preparándose para recibirlo y habiéndose arrepentido de sus pecados, cuenta como si ya lo hubiesen recibido. Y aquí se incluye a las buenas almas que no conocen a la Iglesia pero están agarradas a otros "maderos" con rectitud de intención.Así como los abortitos involuntarios que tenemos a los que les hubiéramos bautizado nada más nacer.
3.- Bautismo de sangre
Todos los que mueren en martirio por la religión

El Bautismo da cuatro cosas a quien lo recibe:
1.-borra el pecado original así como los pecados que se hayan cometido
2.- concede la vida de gracia y el Espíritu Santo con sus dones
3.- Da la vida de fe
4.-Imprime carácter (no se puede quitar) y te convierte automáticamente en cristiano. Estás en la barca y no te puedes bajar.
Asimismo concede cuatro títulos:
1. Hijo de Dios
2. Hermano de Jesucrito
3.Templo del Espiritu Santo
4. Heredero del cielo

A ver quién es el tonto que insiste en que cuando el niño crezca que decida él.